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La pérdida de los rituales indígenas tanto personales como comunitarios en favor de la agricultura ha provocado el deterioro del bosque y de la tierra, alertó el investigador del Colegio de la Frontera Sur, Ramón Mariaca, quien participó hoy en las conferencias y mesas redondas "Etnografía del maíz y la milpa".
En el encuentro realizado en la Coordinación Nacional de Antropología, especialistas de diversas ramas del conocimiento hablan sobre el origen del maíz, la milpa tsotsil de los Altos de Chiapas y su etnografía desde la milpa maya.
La primera mesa, denominada "La etnografía de la milpa: una visión integral desde la milpa maya", fue dictada por la Silvia Terán, quien se refirió a la milpa de la planicie yucateca.
Esta zona desarrolla sus cuatro niveles de existencia: como sistema agrícola, económico, social y cultural, ya que su conocimiento es básico para comprender la estructura y dinámica de las culturas mesoamericanas en sus diversas manifestaciones, refirió.
Para la investigadora de Tumben Kinam, A.C., la milpa, a diferencia de otros sistemas agrícolas de carácter topográfico o hidráulico, por el tipo de tecnología usada, tiene una fuerte base botánica, ya que el instrumento principal son las plantas.
"De acuerdo con el botánico ruso Vavilov, Mesoamérica es uno de los tres centros de domesticación botánica más importantes del mundo por la gran cantidad de plantas que fueron domesticadas para enfrentar la aleatoriedad climática y la diversidad topográfica que caracterizan al área", añadió.
Aseguró que la erosión de la milpa maya ha provocado que los jóvenes tengan otras expectativas de vida. Apenas hace 20 años todavía representaba una opción de desarrollo para la región por la cantidad de terreno destinado y el número de campesinos que lo empleaban.
Actualmente, dijo, está tan reducido en espacio y cantidad de plantas cultivadas y tan deteriorada porque se realiza en condiciones adversas que difícilmente puede pensarse que constituye una alternativa.
El costo de ello, continuó, no es sólo cultural pues la salud de los mayas ha estado históricamente relacionada con la dieta basada en los productos provenientes de la milpa. Sus plantas cubren todos los nutrientes que el cuerpo humano requiere.
Los drásticos cambios que está sufriendo la alimentación en los años recientes parecen estar provocando estragos en la población al generar desnutrición y enfermedades como la obesidad y la diabetes, alertó.
En tanto, el investigador Ramón Mariaca Méndez denunció que la fanática actitud de muchos pastores evangélicos, quienes insisten y tratan de convencer a sus feligreses campesinos de que los rituales personales y comunitarios en favor de la agricultura "...son cosa del diablo", está dando como resultado el deterioro del bosque y la tierra.
En su ponencia "La milpa tsotsil de los Altos de Chiapas y sus recursos genéticos", el investigador del Colegio de la Frontera Sur, explicó que en estos rituales el campesino maya se compromete día a día con la naturaleza a cambio de ofrecer rezos y ceremoniales de distinta índole.
Esto, como parte de una íntima relación campesino-dioses ancestrales desde antes de la siembra hasta el almacenamiento y consumo de la cosecha.
El especialista detectó como otros enemigos de la milpa tsotsil y tzetzal a la economía globalizadora hace que los grandes molineros opten por comprar maíces de "mejor calidad" y a más bajos precios de Sinaloa y el extranjero.
En su opinión, el sistema educativo que está formando ingenieros agrónomos y de investigación desconoce los sistemas de producción tradicionales y los tachan, de facto, de atrasados e inoperantes, optando por impulsar a la agricultura mecanizada, aún donde las condiciones climáticas y socioeconómicas no lo permitan.
Al respecto, manifestó que la tecnología de la milpa es una inteligente suma de estrategias, en una cosmovisión animista, producto del sincretismo maya-católico, donde los cerros, las cuevas y los ojos de agua son motivo de adoración y donde el papel de la madre tierra y del padre maíz son centrales para explicar la forma de vida del campesino maya de los altos de Chiapas.
"Hecho interesante es que al cotejar muchas de las historias contadas por los viejos a sus hijos y nietos, encontramos casi siempre un remitente a los orígenes míticos del hombre y del maíz narrados en el Popol Vuh y más aún, encontrados en los frescos de San Bartolo, Guatemala y que fueron plasmados hace unos dos mil 100 años" concluyó.
Finalmente, los especialistas Cristina Maples del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM y Rafael Ortega Paczka, de la Universidad de Chapingo; así como la maestra Carmen Morales de la Dirección de Etnología y Antropología del INAH, disertaron sobre el origen del maíz.
Hace más de treinta años que se que se ha dicho lo mismo. Es una pena que se siga sin desear entender por parte de quienes tiene la capacidad de cambiar los modos en que el sistema mayor da las oportunidades tanto a lso producotres como a los investigadores de recuperar el trabajo de campo EN el campo.
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